Nuestra historia
En el 2016 decidió nombrar al proyecto. Encontró a "Yaku", pronunciado "Jáku", agua en quechua. Escogió este nombre porque el agua es el medio donde las fibras se separan para después unirse de nuevo y formar un entramado llamado papel.
Bajo el nombre de Jáku buscó expandir los límites del papel fuera de su propio trabajo y fuera del arte.
En esta exploración unió fuerzas con su mamá. Comenzaron juntas a afinar el proceso, fueron encontrando nuevos aditivos, mejoraron los marcos, anotaron las proporciones, los tiempos, esperando poder replicar en el futuro los papeles que iban haciendo de diversas fibras.
Primero, fuera de su propio trabajo: ahora hacía papeles para otros artistas: papeles de piña, de tabaco, de cigarrillo pielroja. Cada materia prima era un nuevo misterio, un nuevo reto.
Después, fuera del arte: para hacer objetos que reunieran fragmentos de la historia de una persona especial o de la historia familiar, para hacer regalos especiales, para lograr materializar las ideas de nuevas personas.
Jáku nace cuando una estudiante de artes se interesó por hacer papel en el 2013, sin imaginarse que el papel se convertiría en su lengua, en su forma de pensar. Empezó a indagar sobre la fabricación artesanal de papel y encontró la posibilidad de procesar cualquier planta para obtener una pulpa adecuada. Decidió hacer un papel 100% a base de fibra natural y escogió a la astromelia para iniciar. Así empezó esta travesía.
A principios del 2019 nuestros papeles fueron incluidos en el Piloto del Laboratorio de Experiencia del Centro de Materiales (Bogotá Región). Fueron clasificados como un material innovador con sentido interactivo, es decir un material capaz de generar nuevas dinámicas en el accionar del usuario.
También en el 2019 fuimos reconocidos por los Premios Latinoamérica Verde obteniendo el puesto No. 9 en la categoría de Manejo de Residuos Sólidos y el puesto No. 26 en la clasificación general entre aproximadamente 2.000 proyectos postulados.
Reconocimientos
